El presente documento relata mis memorias sobre el
inicio en la docencia y mis reflexiones sobre cómo ha sido mi confrontación con
la docencia.
Mi ingreso a la docencia se dio cuando era
estudiante de ingeniería en el Instituto Tecnológico de Lázaro Cárdenas. Recibí
la invitación de incorporarme al CECyTEM para impartir matemáticas de parte de
un maestro que me dio clases de la materia.
El inicio de mi actividad
solo me provoco un poco de ansiedad ya que estaba acostumbrado a dar clases a
mis compañeros de escuela, pues se me facilito entender las matemáticas sin
tanto esfuerzo o angustia. Aunado a eso los grupos eran muy pequeños por lo que
era más fácil estar en contacto directo con cada uno de los jóvenes con los
cuales me identifique, ya que era un estudiante dando clases. Ahora que lo
reflexiono así proseguí pensando durante muchos años sin darme cuenta de ello.
Aunque mi acercamiento con la docencia se dio de
manera natural, he de reconocer que cuando egrese se creó un conflicto personal
entre el ejercer mi profesión como ingeniero lo cual era lo socialmente
aceptable y el de continuar en la docencia. Finalmente decidí mantenerme en la
escuela con el deseo de poder corresponder la oportunidad otorgada y asumiendo
el compromiso de educar.
Durante estos años he
tenido la satisfacción de haber visto a mis mejores alumnos sobresalir en
concursos locales, estatales y nacionales; de ver como los jóvenes se han
incorporado en el sector educativo, productivo y en la sociedad; de convivir
todavía con jóvenes que han egresado: de tener el reconocimiento de mis exalumnos
los cuales me reconocen y saludan todavía; de ver realizarse como profesionistas
a jóvenes que otros maestros hubieran truncado sus aspiraciones bajo el
pretexto de la calidad; y, de ver incorporarse al subsistema a laborar a egresados.
De igual manera tengo la
insatisfacción de ver truncada la educación de jóvenes sobresalientes por falta
de apoyos, de ver como se pagan facturas políticas a personas ajenas a la
educación; y, de ver desempleados a mi exalumnos quienes concluyeron de manera
satisfactoria su carrera.
He tenido la fortuna de
haber laborado en otros subsistemas como en el CONALEP y en el ITLAC
institución de la cual egrese y cada experiencia ha sido distinta pues te exiges
de distinta forma. También he trabajado en áreas administrativas y comisiones
sindicales dentro de la escuela y del subsistema, lo que ha ampliado mi visión
sobre el quehacer docente.
El ser profesor ha sido una
profesión que ha remunerado en lo que más me gusta: enseñar y aprender. De
hecho ahora creo que procurare ser un estudiante de humanidad pretendiendo ser “maestro de humanidad”
enfocado a ayudar a los alumnos a comprenderse a si mismos y a entender el
mundo que los rodea.
Soy ingeniero electromecánico
y tengo el grado de maestría en calidad total. Actualmente estudio la especialización
en competencias docentes que imparte la UPN, lo que me ha permitido cambiar mi
paradigma del maestro que únicamente debe estar enfocado al pensar haciendo a
un lado el sentir, pues del “pensar y sentir y hacer pensar y sentir” provienen
los factores motivacionales dinámicos necesarios para el interactuar entre maestro
y alumno en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Aunque he sido docente por
18 años, reconozco a la luz de las lecturas los aciertos y errores, los
sentimientos de autoconmiseración y de motivación; pues nadie nos enseña a ser
maestros y tenemos que aprenderlo por ensayo y error. Considero que la renovación
pedagógica debe ser de manera permanente para darnos la oportunidad de sentirnos
libres y vivos.
En relación a la afirmación “el docente desarrolla
su práctica a partir de ciertos principios y preocupaciones, explicitar su
propuesta constituye una manera de develar el pensamiento, conocimientos y
lógica implícitos en ella”. Creo que como maestros ahora tenemos la oportunidad
de reflexionar y estructurar nuestro trabajo con base a las experiencias que
definieron nuestro actuar docente de manera consciente e inconsciente.
Mis primeras experiencias
con la educación marcaron el camino de me llevaría a ser lo que soy. Me gustaba
tanto ir a la escuela que todavía sigo en ella. Creo que tuve la fortuna de
desarrollar mis estudios en un entorno que favorecía el aprendizaje en la escuela,
aprendí de los maestros que enseñaban (primaria y secundaria) y aprendí de
manera independiente de los maestros que enseñaban poco pero sabían exigir
(preparatoria y tecnológico). Mi relación con mis compañeros de clase fue
cambiando en la medida que nosotros lo hacíamos física y psicológicamente. El
contexto cultural en que me desarrolle fue cambiante debido a que cambiaba de
escuela una o dos veces por año por razones de trabajo de mi padre, hasta que
llegue a la ciudad donde actualmente vivo donde convergen ideas culturales de
todo el país sin que prevalezca alguna. En el aspecto económico siempre fue
difícil pero no una limitante que evitara ir a la escuela, de hecho trabaje
desde que estaba en secundaria para poder pagar mi escuela y ahora me pagan por
seguir aprendiendo.
Creo que he tratado de
influir en la vida de los jóvenes a partir de mis experiencias significativas
pasadas tomando como modelos a maestros a quienes no he dejado de admirar.
Estoy consciente que sigo aprendiendo y construyendo ahora a partir de mis experiencias
diarias como maestro. De manera especial recuerdo con mucho cariño a mis
maestros de matemáticas Jesús Torres González y Justo Cabrera Rico. Al Ing. Raúl
Méndez Ruiz quien fue mi más grande maestro en la vida, quien me dejo como
legado la gran pasión que tenía por la educación y los jóvenes. A los Doctores José
Eduardo Pérez Narbona y Federico González Santoyo quienes me enseñaron a trabajar
conflictuando mis modelos mentales. Aunque debemos seguir buscando para
construir nuestra propia identidad.
La tecnología debe ser
usada como un instrumento para acercarnos al conocimiento, no para agrandar las
diferencias sociales. Para ello se requieren maestros motivados que si marcan
diferencia en la vida de los alumnos, como quienes nos sirvieron de inspiración
para seguir su modelo.
Como aporte al cómo hacemos
nuestro trabajo docente, es importante considerar el uso de estos espacios tecnológicos
que nos conduzcan a rescatar las preguntas originales que dieron origen al conocimiento.
Crear la inquietud, descubrir el valor del conocimiento, recrear la curiosidad
y reforzar el nuevo aprendizaje.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUn buen maestro.
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